martes, 6 de enero de 2015




Con toda el alma se expresa tú voz y resuena como un eco en mi corazón, melodías en el viento se regocijan ante un despertar que se encamina delante de nosotros. El yo de aquel que respira, que ríe, que llora, que anhela, que sueña  y reconoce el llamado profundo no puede dejar de oírte aún en la tempestad o en el más sereno cielo. 

Aquí estoy con todo lo que soy, con toda la miseria que hay en mi interior y aún así con todo lo puedo ser y seré por ti. Tú que iluminas mi oscuridad y me acoges en tu ser que es la inmensidad . 

Un torbellino de sonrisas en el firmamento y millones luces donde se trasluce el alma de aquel que es amado por la más pura de las almas que es esperanza, bondad, fortaleza, justicia y amor. Es el sueño más bello que jamás será corrompido, nada puede tocarlo y es capaz conmover a la estrella más pequeña que en ocasiones puede ser sombría, pero que solo puede ser iluminada por los rayos destellantes del sol.